Hoy mi
diario ha vuelto a sufrir mis actos y a
llorar mis letras,
Hoy ha salido del cajón oscuro donde acostumbro
guardar los recuerdos.
Hoy como muchas veces lo eh sacado de la oscuridad
Y lo he
hecho cómplice de mis silencios.
Hoy le he
regalado luz y he nublado mis ojos
Mientras me
desintegro entre líneas.
Hoy he
vuelto a escribir sobre las palmas de sus hojas.
Y no he
escrito de él…
He escrito
de ti, de mí, de los dos, de un sí, de un no, de un tal vez.
De un quizá mañana, de un quizá después.
De un ya
nunca, de un para siempre… de un no se…
He escrito que no le temo a la soledad
He escrito que no le temo a la soledad
Más me
asusta el sabor de los días sin ti.
Hoy mi
diario se abrió para ti…
Hoy entre la
tinta y la hoja estabas tú.
Hoy mi
diario hablo desde mis letras, dijo;
Que en las últimas
páginas atrás, había escrito lágrimas.
Que estaban
plasmadas las noches,
Con mi cara sobre
la almohada, sollozando tú nombre.
Que estaba
escrita la esperanza del olvido, de un adiós sin retorno.
Me confeso
que se me había olvidado escribir las sonrisas,
Quizá porque
siempre estuvieron empañadas de nostalgia,
Y que a la
hora de escribir no supieron brillar.
Me explico
que el amor no se va con los errores,
Si no, entonces
¿porque ya había escrito bastante de ellos?
Que si el
error acabara con el amor
Sus hojas no
estarían llenas de desaliento y que sin embargo
Había
decidido seguir escribiendo sobre ellos…
Me dijo que
cuando alguien se retira a causa de un error del otro
Sin
aguantar, sin luchar sin entender, a eso no se le puede llamar amor
Se le llama
vanidad; Vanidad de ser únicos,
De
sentirnos victimas ante los demás.
Vanidad de
sentirse perfecto y perdonarse mil errores con uno.
Vanidad del
ego.
Hoy mi
diario ha vuelto a llorar conmigo tu olvido.
Hoy duramente
me ha mostrado que
No había un
futuro entre los dos, que nunca lo hubo, que nunca lo fuimos.
Que sólo fuimos un fuerte intento en la sobrevivencia de los días.
Hoy mi
diario se abrió para ti…
Hoy sus
hojas me han gritado amargamente que si te amaba pero ya no….
Y sus
palabras de mis palabras me han golpeado fuertemente el corazón.
Pero he sido
fuerte y he añadido una equivocación más que quizá resulte o quizá no.
Y le escribí;
aún quedan páginas por escribir
Antes de que
el otoño termine por secarlas
Todavía quedan
fuerzas para sostenerlas
Antes de que
empiecen a caer
Y el viento con su fuerza las lleve a otros cielos.
Y el viento con su fuerza las lleve a otros cielos.
Todavía queda
tiempo antes de que el invierno llegue
Y termine de
congelar el amor.
Todavía queda
tiempo antes de la primera.
Todavía es
otoño y apenas empieza a tocarnos
Todavía florecemos
un poco, todavía no estamos secos.
Todavía nos
da la oportunidad de retoñar
En el mismo jardín
para cuando nos alcance la primavera…
y sin embargo no sirvió
y sin embargo no sirvió
El frió del invierno
me erizo.
Hoy mi
diario se abrió para ti…
Y al
cerrarlo supe que el otoño,
Era la estación
del año que menos me gustaba
Porque lo
marchita todo, deja caer las hojas que antes irradiaban
Que daban alegría
y de un momento a otro se diluyen.
Y después, después
se lo lleva todo y no las regresa…
Las hace
polvo y algunas las vuelve otras.
Aunque vuelvan
a crecer hojas de los tallos
Jamás serán las
mismas…
Entonces recordé
que hace tres años también era otoño…
Hoy mi
diario se abrió para ti…
Y se cerró
con otoño adentro,
La estación que
nunca vuelve, las demás cada año se esperan.
Pero otoño,
otoño se va y ya no regresa.
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