TU

Esto no es poesía. Esta soy yo: desbordandome...

lunes, 1 de enero de 2018

Doce uvas...


Supongo que los discursos baratos a esta hora están al tope!!!
Discúlpenme pero faltaba el mío…!
Recuerdo bien el  sabor amargo con el que comencé este año, y el  frio intenso de un invierno que pensé duraría todo el año.  Recuerdo el poco calor de mi ropa que apenas llegaba a entibiar mi cuerpo.
Inició lleno de ausencia…
Me faltaba tanto… Pero es que nunca tuve nada.
Tenía sobre la mesa 12 uvas, y alrededor dos grandes monumentos (mis pilares de vida), seres reunidos para festejar un nuevo año, un año más. Y sin embargo yo solo pensaba en un solo deseo…  El que nunca pedí, porque creí ya era suficiente.
Doce uvas que convertí en doce despedidas, mi primer año sin pedir  deseos, mi primer año después de tantos…  y esta vez no corrí con Mamá para recordarle, para decirle que no se le olvidara comprar lo más importante de la noche -las uvas- porque en ellas estaban  los deseos, mis deseos.
De niña, en esta noche una de las cosas que más  me importaba eran aquellas dichosas uvas que cumplirían mis deseos, pero con el tiempo las cosas cambian y te das cuenta que las cosas no son como te las cuentan, no son lo que aprendiste; que los deseos no están en un racimo de uvas, no se escriben en un papelito y se cuelgan sobre las ramas de los árboles,  no se le piden a las estrellas fugaces cuando las ves pasar, no se avientan en una  moneda a una fuente, ni se guardan bajo tu almohada…
Comprendi lo mas importante; que la única que se puede cumplir soy yo.

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