TU

Esto no es poesía. Esta soy yo: desbordandome...

jueves, 14 de enero de 2016

Un día cualquiera de un invierno perdido…

Mirarte es como un crimen… un asesinato de arma blanca contra mi propia entereza; un desgarro de piel, alma y palabras; un corte en la cicatriz que aún rebulla dolor. Mirarte significa temblar y un charco de sangre en los pies; una bala entrando por el costado izquierdo a cámara lenta; locura en los pliegues de mis recuerdos. Mirarte es necesitar hacerlo pero no hacerlo, echar de menos cada puto resto de tu voz, cada puta sonrisa, cada puta palabra, cada puto día de tristeza. Mirarte es no estar, dejar de existir, volatizarme en qué sé yo, matar sonrisas a tiros, resucitar sobredosis de lágrimas, deshacer yemas de dedos en bolas que no quiero que lleven tu nombre. Mirarte es una embestida sobre cualquier pared que resista mil folios de pena, un corazón sin vida en puños que aprietan y no le dejan irse en paz, arañazos en parte del cuerpo que por no sentir no pueden dejar de gritar. Mirarte es quererte, quererte y no querer quererte, necesidad de estrellar mi aliento en tu cuello de una puta vez… Mirarte es drogarme, descorchar tu nombre debajo de mis uñas, fallar en el intento de dejarte de pincharte en mis venas deshechas…

…Siempre fue tu sonrisa, siempre. Fue ella quien colapso mis venas aquel diciembre atravesando años, estaciones y algún que otro parque. Ella fue quien supo cómo tornarse en maravilla al contacto con mis ojos, como noquear todos los pulsos entre dientes apretados y latidos incontrolables, como hacerme sobrevivir sin tenerte. Ella invento nuevas palabras a través de mis dedos, se deslizo entre mi vientre y cadera y se instaló entre mis costillas, cerrando los pulmones cuando le apetecía marcharse. Ella fue quien me enseño a temblar, a desear a creer. Ella fue también quien se fue… y ahora aparece en mis sueños de nuevo, y tus ojos, y tus dedos. Un sueño y nuestras manos entrelazadas por un instante, y yo siendo real contigo por un instante, y mi mundo comenzando a tiritar por un instante.   

2 comentarios:

JOSÉ LUIS MORANTE dijo...

Los puentes al otro, esos versos que tienen el impulso imprevisible del jazz, la piel cálida de un día de verano, el tono justo de los sentimientos... Un abrazo y seguimos cerquita en la amistad y en la poesía.

Carlos A. Vázquez dijo...

Me gustaría saber más de tí, tengo un proyecto que te podría interesar. Localízame en Whatsapp:5537070065